23.3.12

Malas noticias para la poesía...?

Malas noticias para la poesía
Por: Javier Rodríguez Marcos 21 de marzo de 2012

RogelioDu-Calme
Du Calme. Obra de Rogelio López Cuenca.




Malas noticias para la poesía: hoy es el Día Mundial de la Poesía. Muy mal deben de andar las cosas para necesitar un Día Mundial de Loquesea, para tanta mayúscula. ¿Existe un día mundial de la prosa? Pregunto. Lo dudo. Lo hay de las especies en vía de extinción, de las enfermedades raras, de las minorías perseguidas, contra el cambio climático y a favor de la paz. Contra el cáncer y contra la diabetes, la miopía y la hipermetropía. A favor de los osos y del lince ibérico. Malas noticias para la poesía.

A veces un lector de poesía parece alguien que sabe griego clásico, o latín. Alguien que sabe interpretar una lengua muerta. A su alrededor, la gente olvida que también ellos estudiaron latín en el bachillerato. Les suena pero no se ven capaces. Creen que es difícil, oscura, hermética, cursi, pudorosa o impúdica. Que no va con ellos.

En la última encuesta (2011) de la Federación de Gremios de Editores de España sobre Hábitos de lectura y compra de libros en España, el 70 % de los lectores frecuentes (aquellos que leen por lo menos alguna vez a la semana; con generosidad) compra o lee libros de literatura. Hasta ahí, bien, previsible. El desglose es lo que, sin embargo, pone las cosas en su sitio: de ese 70%:

el 94,5% dice leer novela y cuento
el 4,4% ensayo
el 1% poesía
el 0,1% teatro

En 2010, esa misma encuesta dice que el 1% de la poesía era 1,6%.
Ritmo, rima, aritmética.



“A algunos les gusta la poesía”, se titula un célebre poema de Wislawa Szymborska que, en traducción de Gerardo Beltrán, David A. Carrión y Abel Murcia, arranca:

“A algunos,
es decir, no a todos.
Ni siquiera a los más, sino a los menos.
Sin contar las escuelas, donde es obligatoria,
y a los mismos poetas,
serán dos de cada mil personas”.

Y dos estrofas más.


Seamos optimistas. Mientras importen las palabras, la poesía importará. Aunque sea el 1% de un 70%. “De la disputa con los demás hacemos retórica; de la disputa con nosotros mismos, hacemos poesía” (o la leemos). Cosas de Yeats. Y otra definición. Una de Coleridge que le gustaba a Cernuda: “Las mejores palabras en el mejor orden”. Eso es poesía.

A la gente le gusta la poesía. Pero no lo sabe. Lo que no le gustan son los poetas, me temo. Confunden el bailarín y el baile. O tal vez la poesía ha vuelto a las canciones, a la música, de donde salió. Los libros, bien mirado, son cosa muy reciente.

O será que la poesía se ahoga en su propio prestigio.

Esto dice un poema de Marianne Moore titulado “Poesía”:

“A mí también me disgusta.

Al leerla, sin embargo, con absoluto desdén, uno descubre en ella, después de todo, un lugar para lo genuino”.

El poema, cuya primera versión, es mucho más larga, está en la Poesía completa de Moore publicada por Lumen con versión de Olivia de Miguel, que ganó por esa obra el Premio Nacional de Traducción del año pasado.


Tal vez solo merezca la pena la poesía que pasa la prueba del desdén. O la prueba de un Día Mundial.


No todo, sin embargo, son malas noticias. Terminemos con una buena. Acaba de publicarse en España Ventanas encendidas (Visor), una antología de la obra poética de Fabio Morábito, mexicano nacido en Alejandría de padres italianos que ha hecho de toda esa mezcla la piedra angular de muchos de sus versos. La selección es de otro poeta, Juan Carlos Abril. E incluye un poema del libro Alguien de lava (2002) que dice así:


Cuando tocando madera
dices toco madera,
¿qué pájaro se cae,
qué flor se extingue en algún lado?
Cuando tocas madera
para desviar el rayo que temes,
¿qué rima o llanto estás matando?
Tocas madera para apagar un eco,
para matar un brillo,
para no ser herido,
ganas rebaño
a cambio de la savia que pierdes,
dejas un poco, para ser madera, de ser árbol,
el árbol que lo acepta todo:
la flor, el pájaro y el rayo.

Yo creo que pasa la prueba de Marianne Moore, pero cuanto menos se añada a un poema, mejor. Seguro que todo el mundo recuerda uno que pasa el examen.

NOTA. La obra de Rogelio López Cuenca que encabeza esta entrada se basa en el poema de Auden "En memoria de W. B. Yeats", concretamente en los versos que dicen: "For poetry makes nothing happen: it survives / In the valley of its making where executives / Would never want to tamper...". En la traducción que Jordi Doce, otro poeta, publicó en el volumen Los señores del límite (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2007), dicen así: "Pues la poesía nada consigue; sobrevive tan sólo / En el cauce que ella misma ha creado, donde los hombres de negocios / Jamás querrían demorarse".

http://blogs.elpais.com/letra-pequena/2012/03/malas-noticias-para-la-poesia.html
http://politica.elpais.com/autor/javier_rodriguez_marcos/a/

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